lunes, 12 de diciembre de 2011

Cosas

Un acueducto, polvo de hadas, teatro, una cartera desaparecida, caras de “cariño, estoy embarazada”, camas, un contrato olvidado, tiempo libre, risas, un módem USB nuevo, pelo rosa, hematomas indiscretos, una estrategia evasiva, dolores urogenitales, bibliotecas, caricias, análisis de sangre, pulseritas deformables de colores, besos de esquimal,  coro, gente falsa y zorra que quita partes de trabajos, ordenadores que se calan, una tarjeta del médico desaparecida, bufandas que esconden y la mejor semana del mundo.

jueves, 1 de diciembre de 2011

El profeta VIII

Bueno, acabo de llegar de una de las fiestas más épicas de la historia de mi vida... y no os creáis que me lo he pasado bien.
Es el cumple de un amigo de un amigo (si, queda muy telenovelesco, pero me da igual) y si... bueno, me fumé 3-4 pitis, y me bebí 3-4 kalimotxos, pero no me lo pasé bien, aunque Doctor me dijo que lo hiciera. 

No ha sido mi semana perfecta si, los cúmulos de variables son horribles, y todo se complica cuando a el Internet de tu edificio le dan paros cardíacos de 45 minutos mínimo, tu móvil está muerto hasta que encuentres el cargador (que está en casa de mis papás :3) y el colmo de los colmos es que tu ordenador se cale cuando al señorito le de la putisima gana. LO ODIOOOO.

A parte de todo esto, a veces tu madre te llama para decirte textualmente: "han llegado tus análisis a casa y algo no está bien. Pone que tienes que ir al médico de inmediato" pues oye: no es muy tranquilizador.

En serio: semana horrible. Solo quiero llegar a mi casita, achuchar a quien tengo que achuchar y reirme con quien me tengo que reír.

Bueno, son las 7 y 27 de la mañana exactamete y tengo un cuadernillo "ghermosho" de anatomía en blanco para rellenar para mañana (e-e esta va a ser una noche muuuuuuuuuuuy larga...)


Me voy a dar un beso de buenas noches a mi mismo (ò,ó aunque no se como se hace eso) porque lo necesito con urgencia.

martes, 29 de noviembre de 2011

Caída

Sentir que te caes de la cama
sentirlo mientras duermes
abres los ojos y no caes
pero del infierno sientes las llamas.

Eso debe ser parecido a morirse
"Caes" y te "despiertas"
te pones de pie con tus piernas
pero no tendrás ningún lugar para irte.

¿Porqué sentimos que caemos?
Cuando dormimos
Nuestro latidos sentimos
Alborotados, locos y extremos

¡Qué susto, por Dios!
Mis ojos no ven nada
Sueño y pupilas dilatadas
Las cierro de nuevo. Hasta mañana

domingo, 27 de noviembre de 2011

Adviento

Era una de esas noches de invierno, de esas que a las 6 de la tarde ya es noche cerrada. Eran las ocho, en aquellos momentos y el sacerdote se estaba cambiando la sotana verde ordinaria por una de color morado pues habían comenzado las cuatro semanas de adviento, las cuatro semanas antes de Navidad. El término adviento viene del latín y quiere decir VENIDA. Es un tiempo de espera, un tiempo especial para preparar el espíritu para el nacimiento de Jesus. El tiempo de adviento abarca cuatro semanas en la que se deben realizar cuatro tareas del alma: limpiar, ordenar, adornar y alegrar.
El sacerdote estaba solo en la Iglesia. El hombre tenía frío, puesto que las instalaciones eran antiguas y la fría piedra no emanaba más que gélidos suspiros.
Salió de la sacristía y suspiró al ver la iglesia desierta: normal. ¿Quién en su sano juicio estaría en la iglesia un jueves a las ocho de la tarde? Pero debía estar en su puesto de trabajo, por lo que el hombre se metió en el confesionario, sentado en una butaca de terciopelo y cogió un libro de su autor favorito: Muñoz Molina.
Pasaron los minutos y a sus heladas manos le costaban pasar las hojas. Resopló: qué aburrimiento.
El sacerdote era joven, de unos treinta años, de ojos claros y piel clara también, sin embargo, su pelo era oscuro. En sus tiempos fue un jovencito vivaz y alegre, de hecho nunca había tenido en mente ordenarse párroco, pero los caminos del señor son inescrutables y una tarde sintió su llamada, dejando todo para acudir al seminario. A sus padres, gente liberal y nada amiga del catolicismo, les sentó como una puñalada en lo más hondo de su corazón, pero bajo la fuerte convicción del chico, éstos no tuvieron más remedio que dejarle ir.

A los pocos minutos, comenzó a tronar y a llover fuertemente. – Lo que me faltaba… - musitó el sacerdote.
Los truenos sonaban realmente cerca, por lo que el buen hombre, comenzó a rezarle a Santa Bárbara, patrona de los truenos y de los viajantes perdidos.

Santa Bárbara bendita
Que en el cielo estás escrita
Guarda pan y guarda vino
Para el que va por el camino.

Mientras el párroco rezaba, oyó unos suaves pasos. Eran unos pasos lentos, suaves y agradables. Tenían ritmo y compás y parecían ser de una mujer por el ruido que emitían, puesto que resonaban por toda la estancia.
El cura levantó sus ojos un momento y vio por el entablillado del confesionario a un hombre, no a una dama.
El sacerdote disfrutaba de una posición privilegiada, puesto que desde su escondite de madera y, tras un fino visillo de seda casi transparente podía ver los movimientos de aquel hombre que se había parado a la altura del confesionario en medio del pasillo.
Era un hombre alto, de ojos tiernos y muy oscuros. Una combinación extraña. – El cura continuó su análisis desde su madriguera de celulosa -  tenía el pelo engominado hacia atrás y portaba un sombrero como de vaquero o algo por el estilo. Le molestó que no se hubiese descubierto la cabeza al entrar en un terreno sagrado, pero simplemente se limitó a entornar los ojos y levantar un poco el labio. – Maleducado – susurró el párroco.
Aunque lo que más le llamó la atención fue que vestía una enorme gabardina. Una gabardina marrón, a juego con el sombrero, que a falta de cubrirle todo el cuerpo, esta arrastraba su tela por el suelo, ensuciando y mojando la cuidada alfombra de la iglesia que las feligresas más devotas se dignaban a aspirar y barrer casi todos los fines de semana. – Será posible… - maldijo el sacerdote – lo está poniendo todo perdido.

El extraño personaje no se movió durante un buen rato. Tenía los puños cerrados con fuerza y los labios blancos de la fuerza que ejercía sobre ellos. En un rápido movimiento, la figura del centro de la sala de giró noventa grados, haciendo girar su gabardina en el aire, casi y se acercó raudo al confesionario.

Postró su rodilla en el frío mármol del suelo y puso una mano en el corazón y la otra apoyada en la madera que los separaba.

Ave María purísima

Conjuró el hombre, con una voz un poco extraña y extremadamente grave. El párroco que estaba atento a los movimientos de aquel hombre que nunca había visto antes, dejó el libro que Márquez que sostenía en sus manos y respondió como si de una máquina se tratase a la alabanza de la Virgen que suponía el comienzo del acto de confesión.

Y sin pecado concebida
Cuente sin reparo
A qué se debe su venida
Y cuanto lleva su alma sin amparo

El hombre del sombrero tragó saliva con sonoridad. Y esbozó una timidísima sonrisa en su cara, que estaba tapada por completo casi por su enorme sombrero con alas.

Perdone usted mi osadía
Pero tendrá que perdonarme
Aún no ha llegado el día
En que tenga que confesarme
Porque yo soy el que peca
Porque soy el que asesina
Soy el que llena su hipoteca
Siempre con hambre ladina.

Su voz gutural retumbó por la silenciosa sala. El hombre marcaba bastante las eses, y arrastraba las vocales, lo que hacía de su habla un canto agónico y bastante molesto. El sacerdote abrió mucho los ojos ante su respuesta y por fin, reunió el valor suficiente para acercar la cabeza a la madera que los separaban y comenzó a elaborar su respuesta.

Ya basta la broma pesada
Si no viene a confesarse,
Largo, no pise esta posada
Busque a otro del cual burlarse

El cura de repente ya no sintió frío en sus dedos, sino un calor que le abrumaba. Por lo que decidió aflojarse el alzacuello por unos instantes. Y, sin darse cuenta, el hombre comenzó a hablar de nuevo, pero esta vez, su voz ya estaba un poco más distorsionada y era mucho más gutural.

Dulce ser de la superficie
Qué mal trato con el amigo de tu jefe
¡Tendré que castigarlo con calvicie!
¿Habrase visto tal mequetrefe?
Yo aterroricé a aquel buen señor
Encima del busto de Palas
Con aspecto de cuervo ojeador
Poe retrató mis negras alas.
Yo soy el maligno
El ángel que busca algo más.
Ahora tu osadía llevará mi signo
Junto una maldición además
¡Tú! Párroco de pacotilla
No me trates con puñales
O dejaré que te coma la polilla
Como ya lo hizo con tus genitales

El hombre se apartó y se puso de pié. Mientras el sacerdote, se llevó una mano al cuello y, harto de valor salió del confesionario y le apuntó con el dedo y la cruz que colgaba de su cuerpo. De repente, notó como se le desprendían unos pelos negros de su media melena.

Atrás ser abisal
¡Lucifer! ¡Satán!
¡Largo! ¡Largo con tu canto mortal!
O te atravesaré con la cruz ¡Truhán!

El párroco cogió una cruz de unos cuarenta centímetros como si de una espada se tratara, con el fin de poder defenderse de tal agónica situación. El hombre de la gabardina rió fuertemente, haciendo que se apagaran las velas con un chasquido de sus dedos. Entonces todo se quedó a oscuras. Dio un paso, pero en vez de aparecer, como es lógico, unos centímetros más delante de su situación anterior, apareció de golpe delante del aterrorizado hombre. El sospechoso lo desarmó de un tortazo y entonces desapareció. El sacerdote se creía salvado, pero entonces sintió una húmeda lengua en su oído.

¡Basta! ¡Bastardo!
¡Muéstrate como un hombre!
No te creas muy gallardo
Por usar un truco tan pobre
Dios de los cielos
¡Acude a mi persona!
Tú, más alto que  cualquier rascacielos
Haz desaparecer su chulería gorrona

El desaparecido volvió a aparecer y se rió con ganas. Con otro movimiento de muñeca volvió a encender las velas, para dejarse ver de nuevo.
Entonces se quitó el sombrero, delante del asustado párroco, dejando ver dos prominentes cuernos. Se deshizo de su gabardina, dejando ver un torso desnudo acompañado de unos miembros inferiores de ungulado caprino. Su coxis no terminaba donde la espalda pierde su nombre, sino que de este brotaba una cola de un par de metros.
Lo que el párroco había confundido con tacones, no eran más que  pezuñas, cómo no: pezuñas de cordero. Además, sus profundos ojos negros habían dejado de tener cristalino, iris y demás para ser reemplazados por una pupila negra y oscura que cubría la cavidad ocular por completo.

Hombre no soy
Y tu jefe no acudió
Porque el que manda soy yo hoy
Porque el viejo ya murió.
Si, ahora el mal tiene el poder
Me aburres enormemente
Por lo que no te debes entrometer.
Así que deja de incordiar mi mente

El cura intentó atacarle, porque vaticinar la muerte de Dios y la consecuente elevación del mal sobre el bien no era de su agrado, pero el Maligno, lo agarró por su muñeca y lo besó en los labios.

No podía dejar que murieras
Sin caer en los placeres de la carne
Así estarás todas las eras
Viendo como tu cuerpo arde.

Entonces el cura cayó muerto de los labios del Maligno, con un rictus de terror en la mirada y los labios manchados de negra saliva. El Maligno se desapareció un segundo, para traer consigo a un niño, de no más de diez años, que hasta ahora seguramente dormía plácidamente en la casa más cercana. El chiquillo gritó, pero su grito se transformó en un balido, un balido de cabra.

Come querido
Crece para mí
Cuando descubran su cuerpo herido
Te echarán las culpas a ti.

El niño, ahora convertido en cabrito, comenzó a comer los dedos del cadáver, para luego continuar por sus piernas hasta no dejar más que un charco de sangre.

El Maligno sonrió y vio el espectáculo, para cuando el cuerpo estuvo muy mutilado, de enfundó en sus ropajes, dejando a la cabra comiendo aquel maravilloso festín.

Esperando a que el adviento lo llevase a otra capilla. En aquella noche llena de truenos. Al salir al exterior, hizo una reverencia. Seguramente a la patrona de los truenos, puesto que cuando el Maligno salió, ellos cesaron.

Gracias bella dama
Gracias por ayudar al que te ama.

Desaparece.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Cara el Sooool...

Bueeeeno, gente: ya somos de derechas oficialmente... en fin... que desgracia... solo espero que a los de izquierdas nos callen la boca, a ver si sus medidas son realmente eficaces... ya que están en el poder: habrá que darles un voto de confianza ¿no? en fin que no me hace gracia que las derechas tengan el poder... aunque bueno: a Sarkozy y a Merkel no les ha ido nada mal...

A ver que sale de todo esto...

viernes, 18 de noviembre de 2011

¡Demencia!

Llamadme tonto, pero es que... no se que es Internet, en serio... son dudillas que te surgen, y que no, por lo menos, no tengo la respuesta, a ver si alguien me ayuda.

A ver, Internet es una red global si, con la cual se intercambian toneladas de información por segundo pero a ver: de que está compuesto? Internet no pueden ser partículas, porque sino, nos golpearían todo el rato nose... ademas si fueran partículas no podrían atravesar los muros de mi habitación, ¿no? o no le podríamos robar Internet al del tercero, por ejemplo, entonces supongo que serán ondas... pero las ondas ¿que demonios es una onda? (mierda, no he dado física en segundo de bachillerato) si internet son ondas, y las ondas es energía, ¿entonces la informacion que intercambiamos se convierte en energía? es mas, si las ondas son energía y la enegía no tiene materia, (porque no la tiene, sino la la luz del sol serían como piedras) entonces es el vacío? OS LO JURO! SE ESCAPA A MI ENTENDIMIENTO! como es posible transformar mi carnet de indentidad en "datos" (escaner) y que luego esos datos se vuelvan energía y, siguendo mi teoría, vacío, es decir, desaparezcan para luego volver a aparecer en Madrid, por ejemplo? No se es muy subrealista... creo que nunca entenderé como leches se transmiten los datos, en qué se transforman y en como se vuelven a restaurar... 

(No se si me he explicado)

domingo, 13 de noviembre de 2011

¿Sabes?

¿Sabes? Me he dado cuenta
Me he dado cuenta de algo
Tú, yo y música lenta
No sé expresarlo, no valgo.
Nuestras mentes infinitas,
Intrínsecas, nunca yuxtapuestas
Coinciden, todas sus dendritas.
Para todo las mismas respuestas.

¿Sabes? Me he dado cuenta
Me he dado cuenta de algo
Que somos almas gemelas
Nuestros “egos”, nuestros “yo”
Se pierden en el limbo de la inmensidad
Vacía, perfecta, fantástica, irreal.
Ambos flotan en un atemporal caballo.

¿Sabes? Me he dado cuenta
Me he dado cuenta de algo
Esto es muy bonito,
Para ser real y cierto
Vivimos en un mundo maldito, caprichoso,
Reaccionas y ya estás muerto.
Espero que se acabe pronto,
Este extraño sufrimiento.

¿Sabes? Me he dado cuenta
Me he dado cuenta de algo
Que nuestras mentes son iguales,
Como el amor que nos ofrecemos.
Como esas limpias y brillantes lágrimas
Llenas no de sal, sino impotencia,
Nunca se verán correspondidas
Nuestros cuerpos se repelen con virulencia

¿Sabes? Me he dado cuenta
Me he dado cuenta de algo
De que hay algo, muy pequeño
Si, en nuestro neocórtex
Donde se guarda la cajita
La cajita de los gustos y sabores.
Esa cajita, al lado del sueño,
Es distinta, y me he dado cuenta.

¿Sabes? Me he dado cuenta
Me he dado cuenta de algo
De que somos tan iguales y tan diferentes
Sé mi enzima, sólo durante un rato
Tan solo vas a poder abrazarme,
Abrazar a tu pequeño sustrato.
Si, ese soy yo, ese sustrato que, a tu lado,
Deja de ser un triste mentecato

¿Sabes? Me he dado cuenta
Me he dado cuenta de algo
No quiero tu beso en mi mejilla,
Sólo tu cálido abrazo
Sólo tu abrazo, tu infinito,
Tu calor, sólo a ti,
Tu risa, tu olor,
Sentir tus brazos, por mí.

¿Sabes? Me he dado cuenta
Me he dado cuenta de algo
Te quiero demasiado
Como para olvidarme
Ni el tiempo ni espacio
Harán que me olvide de ti
Ni de tu esencia, ni de tu palacio.

¿Sabes? Me he dado cuenta
Me he dado cuenta de algo
Quiero que mi máquina de predicción
-O cerebro-
Sea capaz de crear un futuro
Un futuro en el que sigamos siendo felices
Y que nuestras mentes sigan entrelazadas,
Como siempre, para que nunca me olvides

¿Sabes? Me he dado cuenta
Me he dado cuenta de algo
Te me escapas de mis dedos
Te me escurres como ratón
Feliz quero ser a tu vera
Con tu corazón de jabón.
Deja que te vea,
Como tú ya has visto, visto en mi interior.

¿Sabes? Me he dado cuenta
Me he dado cuenta de que la vida
La vida es muy hija de puta
Pero solo cuando quiere,
Sino, habría planeado otra ruta
Otra ruta para nuestras vidas,
Es tan hija de puta,
Que pudo hacer que nunca te conociese.